Solitaria soledad, siempre me conduces al ritmo banal de la multitud, intento esconderme, disfrazarme para escapar a la locura de la muchedumbre hambrienta de insatisfacción. Rodearme del color de mi piel, del sabor de la tuya, del tacto de la de los demás y envolverme como regalo para ti.
Paso inadvertido al paso del gentío, grito, salto, alardeo de mi envoltorio extravagante y solo me encuentras tú, solo tú me acompañas al portal, como novios adolescentes en sus primeros pasos.
He recorrido medio mundo y siempre estás en mi maleta
